Biografías de folcloristas chilenos

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07.08.2014 19:02

Folcloristas Chilenos Biografías

 

HÉCTOR (NEGRO) PAVEZ - BIOGRAFÍA 1ª parte

 

 

HÉCTOR PAVEZ CASANOVA.-

Nació en Santiago el 1° de diciembre de 1932 en la casa familiar de calle Pizarro 1954. Así lo indica la fe de bautismo otorgada a sus padres por la parroquia de San Gerardo en el barrio San Eugenio. Su padre fue campesino antes de llegar a la capital donde se transformó en artesano. La madre, paciente y diligente dueña de casa, instaló en su casa de Santiago un pequeño taller de costura donde ejercia su profesión de modista.
Héctor creció en un barrio de maestranza, industrias textiles, pequeñas y grandes fábricas que ocupaban obreros que inevitablemente luchaban por sus derechos y se organizaban para defenderlos. Eran los vecinos de la casa de los Pavez con los que compartían las penas, alegrías y avatares de la vida diaria. El propio Héctor no sabia qué fue lo primero que se despertó en él, si su sensibilidad artística o su conciencia política. Más bien una cosa explicó siempre la otra en toda su trayectoria de artista y ciudadano a lo largo de sus 42 años de existencia.
Luego de realizar sus estudios secundarios en el Liceo Amunátegui de la Avenida Portales de Santiago, decidió encauzar su vocación artística irrefrenable en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile cuyos maestros eran en su mayoría los primeros animadores del inolvidable Teatro Experimental que revolucionó la cultura teatral en el país en los años del Frente Popular. Allí, sin darse cuenta, se integró a una generación excepcional del teatro y de la canción chilena. Entre sus compañeros de entonces estaban Nelson Villagra, Delfina Guzmán y Victor Jara. Este último luego de una brillante carrera de director escénico decidió- igual que Héctor-consagrarse por entero a la canción popular.
En 1957 abandonó la escuela de teatro, en la que aprendió mucho, para iniciar un peregrinaje por la larga y caprichosa geografía de Chile que lo llevó hasta los territorios más apartados e inexplorados. Así conoció a los habitantes de la árida pampa salitrera, a los campesinos del valle central, a los sufridos chilenosde la maravillosa isla de Chiloé.

EL ASCENSO DEL FOLKLORE

Habla decidido consagrar todos sus esfuerzos a un trabajo artístico cuyos perfiles definitivos aún no aclaraba. Eligió una vida dura porque la guitarra no daba para comer todos los días. En sus largas visitas a las regiones del norte y el sur empezó a desenterrar tesoros musicales. En cada regreso a la capital traía consigo ritmos y letras desconocidas. Se hizo folklorista y se unió a los que luchaban sin mucho eco por la difusión de la música autóctona sin falsificaciones ni concesiones a ningún coloniaje cultural.
Conoció entonces a Gabriela Pizarro que estaba dedicada a la misma tarea. Se casó con ella y fundaron el conjunto Millaray al que se integraron Clemente Izurieta, Carlos Medel, Carlos Chandia y sus hermanas Nelly y Raquel.
En la década del 60 el folklore logró ganar la atención del público siempre manipulado por las industrias del disco y los servidores de sus productos cosmopolitas y subculturales. Los auditores de conjuntos como Cuncumén, Calaucán, Millaray, eran cada vez más numerosos. Desde el comienzo uno de los más activos animadores de este movimiento fue el Iocutor radial René Largo Farías con su programa "Chile Ríe y Canta" que reveló a incontables creadores e intérpretes de un fenómeno cultural cuya difusión se expandiría por toda América Latina y llegaría a Europa como música de fondo de un millón de exiliados chilenos y de un singular proceso político aplastado a sangre y fuego por la reacción más brutal y cavernaria. 
La música brotada como plantas siivestres en el pueblo chileno y recreada por artistas excepcionares como Héctor Pavez, Violeta Parra, Víctor Jara, Margot Loyola, RoIando Alarcón, marchó de la mano con el movimiento sindical y político democrático. Ayudó a despertar las conciencias de miles de jóvenes obreros ycampesinos. En ese despertar Héctor Pavez jugó un papel de la mayor importancia. Era necesario en 1962 crear una cueca que los trabaladores pudieran cantar y bailar en sus fiestas y que exaltara la misión y las luchas de su central sindical, la CUT-. Pavéz acogió la tarea del baile nacional. Ai mismo tiempo fue autor de una cueca en torno a Luis Emilio Recabarren, padre del movimiento obrero chileno.

EN BUSCA DE LA MÚSICA PERDIDA

Las giras a provincias del Millaray permitieron a Héctor Pavez avanzar en la búsqueda de esa música sepultada que sólo permanecía en la memoria de aquellos qus la habían heredado de generaciones pasadas. Así pudo recrear cachimbos tarapaqueños, refalosas, sanjurianas, cuecas chilotas, periconas que fueron presentadas al público en versiones llenas de colorido que eran el resultado del trabajo laborioso de Héctor, Gabríela Pizarro y los demás integrantes del Millaray.
En 1965 Pavez se separó del grupo y sin abandonar su trabajo de investigación comenzó a cantar como solista. Agregó a su vasto repertorio temas que podríamos calalogar dentro del canto urbano popular. Así fue una de las mayores atracciones de la primera gira europea de "Chile Ríe y Canta" en 1967. La nueva canción chilena envió entonces a excelentes embajadores a Europa: el Ouilapayún, Patricio Manns, Silvia Urbina, el Dúo Rey Silva, el cura Fernando Ugarte. Durante tres meses "el indio" cantó junto a ellos en numerosos recitales en ciudades como París, Berlín, Budapest, Roma, Madrid, Praga, Leningrado y Moscú.
A su regreso a Chile fundó el conjunto ?Héctor Pavez, cantos y danzas?. Lo integraron Nacho Chamorro, NelIy y Raquel Pavez, Hiranio Chávez, Helena González y Delia Muñoz.
Hacia fines de la década del 60 la nueva canción chilena estaba en pleno apogeo. Entre los éxitos discográficos de esa época figuraban algunos de tos temas creados e interpretados por Héctor Pavez: "El lobo marino", "La cueca larga de Chiloé", Fueron muy difundidas en el sur de Chile e incluso en las radios argentinas de la Patagonia que sentían que en esas canciones estaba el reflejo de su alma regional,
Recuerdo que asistí en l970 a los festejos de los 17 años de la CUT y que una de las atracciones de un gran mitin fue Héctor Pavez. Era acogido con entusiasmo por los trabajadores y sus familias que le aplaudian a rabiar y que le impedían abandonar el escenario. Estaban allí presentes Salvador Allende, entonces candidato a la Unidad Popular y el patriarca don Clotarío Blest.

RECORRIENDO CHILOÉ

Héctor Pavez presidió el Comité de Artistas Populares durante la memorable campaña de la UP y en esas funciones desplegó no sólo su ángel de cantor popular sino su capacidad de organizador y animador incansable. . A mediados de septiembre del 70 partícipó junto a su hermana Raquel en el acto de masas para festejar la histórica victoria de la Unidad Popular y su abanderado Salvador Allende. Había que verle cantar y tocar la guitarra a todo pulmón mientras su hermana -excelente bailarina-le sacaba chispas al escenario con una cueca vitoreada por miles de personas enfervorizadas con su gran triunfo. Congregados en torno a su presidente popular electo los trabajadores festejaban al mismo tiempo a los artistas del pueblo.
Algunos meses después Héctor Pavez y Rolando Alarcón recorrieron el país como embajadores de la música chilena enviados por la Oficina de Radiodifusión y Cultura de la Presidencia de la República. Fue en el mes de febrero de 1971 que visitamos juntos la isla de Chiloé. Los teatros de Ancud y Castro se repletaron para aplaudir a ambos artistas. Ellos no le ofrecieron su música sólo a los habitantes de las ciudades sino que cantaron en numerosas aldeas y villorrios campesinos perdidos en la deslumbrante geografía, olvidados por el resto del país y a los cuales muy rara vez llegaba alguna expresión cultural. Fuimos entonces desde Chacao a Quellón, pasando por Huillinco, que Pavez con sagró en su famosa cueca.

 

 

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