EL SOMBRERITO.-
Según Carlos Lavin, procede del Perú. Danza popular en el siglo XIX. Convivió en los salones de esa época con otros de sociedad como la Polka, la mazurka, el vals Boston y la Habanera. Danza de pareja suelta con leve enlace de brazos. Independiente. Debe su nombre al sombrero, implemento imprescindible en la ejecución de la danza (Loyola, 1980). Desde la Serena hasta Concepción, según los exíguos documentos escritos y datos verbales.
Forma Literaria: Esta formada por estrofas de cuatro versos octosílabos con rima consonante en los versos pares. Estribillos: estrofa de cuatro versos bimétricos, los dos primeros elaborados con la palabra "columbé", repetida tres veces en cada verso; tercero y cuarto, heptasílabos. Finaliza con un pareado octosílabo de rima libre. Tonalidad mayor, mantiene un patrón rítmico de 3/4 en la copla, y en el estribillo combina metros 6/8 en la coda. Esta alternancia de pulso le da una riqueza rítmica muy propia de las danzas tradicionales de la familia de las apicaradas o picarescas. La guitarra mantiene el metro 6/8 con un rasgueo característico de cueca (Loyola 1980; 272).
Se danza en tertulias familiares y fiestas populares en ciudades y campos. Danza extinguida, probablemente a fines del siglo XIX. (Loyola; 1980; 272).
COREOGRAFIA: Sombrero tomado con la mano derecha, en nivel alto, medio o bajo. Para la primera parte: vuelta entera y desplazamientos frontales semicirculares. En el estribillo los bailarines colocaban los sombreros en el suelo, frente a sus pies, realizando una evolución semejante a un ocho, delimitado en sus extremos por los sombreros. Luego los levantaban con la mano derecha, estrelazando el brazo correspondiente y ejecutando uno o dos círculos en conjunto. Se repetía al lado contrario o cambiando de brazo. Pasos caminados, valseados, deslizados y con rebote. Interesante es su comparación con la versión argentina estudiada por Isabel Aretz: "la coreografia básica consta de cuatro esquinas o de una vuelta redonda con castañuelas. En seguida depositan los bailarines sus sombreros en el suelo y realizan un giro o bien un ocho, tomando por el centro los sombreros. Inmediatamente los levantan, vuelven a sus antiguos puestos y luego avanzan hacia el centro para finalizar, entrelazando sus brazos y poniéndose los sombreros" (Isabel Aretz, "El folklore musical argentino", pág. 224)