MARGOT LOYOLA - BIOGRAFÍA - Segunda parte
Los discos y los premios
Margot Loyola empezó en 1944 a grabar, y lo hizo con intensidad desde el comienzo. Catorce
canciones en seis discos fueron el aporte de Las Hermanas Loyola a la aludida antología
Aires tradicionales y folklóricos de Chile (1944), editada por el sello Victor. Y el dúo
grabó entre 1944 y 1950 una cuantiosa serie de discos, de dos a tres canciones cada uno, con
RCA y Odeon.
Loyola fue artista exclusiva de RCA en los '60. En su primera gira a Europa (1956-1958)
grabó además cinco discos con tonadas, cuecas, refalosas, villancicos y música de Rapa Nui,
tres de ellos para RCA en Francia y España, uno para el sello soviético Mezhdunarodnaya
Kniga y otro para el rumano Electrecord.
Su primer LP en Chile data de la misma época: es Margot Loyola y su guitarra (1956), con
canciones religiosas nortinas, tonadas, música pascuense, canciones mapuches y cuecas
grabadas junto a Alberto Rey en arpa. Recorriendo Chile (19--) es similar, subdividido en
música de La Tirana, campesina sureña y mapuche. Margot virtió sus recopilaciones isleñas en
Isla de Pascua (1959), un disco reeditado por Alerce como Isla de Pascua, cantos y danzas
(1981) y Geografía musical de Chile. Pascua (19--). Luego expuso las variedades de cueca
campesina, costina, chilota y de chingana en El amor y la cueca (1964).
Dos discos significativos de esa etapa son Salones y chinganas del 900 (1965), con mazurcas,
refalosas, valses, couplets, corridos y zamacuecas, y Casa de canto (1966), con tonadas,
habaneras, vals y zarzuela. ‘‘Lo más importante para mí de esa época fue ese disco porque lo
hice con Ismael Carter, quien tuvo la última casa de canto que existió en Santiago y que se
cerró en 1942’’, explica ella al biógrafo Desiderio Arenas en el libro ‘‘Margot Loyola’’,
donde cita otras casas de canto capitalinas como la del Pan de Huevo, la de las Patas de
Gallina, Las Peligros o Juan Llorando. ‘‘Eran casas particulares. Había que ser amigo de los
dueños de casa para asistir a esas veladas. (…) Generalmente las visitas eran de noche,
después de los matrimonio o a la salida de los teatros. Muchas cupleteras iban y cantaban
sus couplets’’.
Distinto es Canciones del 900 (1972), un LP de música inédita grabado por el sello DICAP
donde el compositor Luis Advis escribe para Margot Loyola canciones en las que recrea
aspectos formales y estilísticos en boga en los salones y chinganas santiaguinas de
comienzos de siglo: polka, couplet, pasodoble, polonesa, chotís, mazurka y habanera.
‘‘Canciones del 900 es para mí el mejor disco que he hecho, porque fui dirigida por ese
genio que es Luis Advis y que compuso esas doce canciones para mi temperamento’’, valora la
cantante, citada por Desiderio Arenas. ‘‘Él tomó muy bien los parámetros musicales de los
salones del 1900, de la zarzuela. Durante un año estuvimos trabajando esas canciones’’.
En 1971 Loyola inició el programa ‘‘Recorriendo Chile’’ en TVN, dirigido por René Schneider,
donde actuaron músicos como Los Estudiantes Rítmicos, Las Cuatro Huasas y Rauquén. En 1972
viajó a EE.UU., volvió a Perú, donde se encontró con el estudioso Nicomedes Santa Cruz, y
visitó Ecuador como parte de una delegación cultural. El golpe militar de 1973 puso freno a
esas actividades. Margot Loyola reapareció en el programa de TV ‘‘Chilenazo’’ recién en
1975, pero en los sellos Alba y Polydor siguió grabando discos de tradición folclórica como
los de la serie Visión musical de Chile, donde hacia 1979 antologó música pascuense,
cacharpaya, cueca, vals, polka, tonada, música mapuche, pericona, gato, pequén, jota,
sajuriana, sirilla y refalosa. Uno de esos discos fue reeditado como Bailes de tierra en
1984.
Un álbum singular es el que grabó con la folclorista argentina Leda Valladares: Con igual
rumbo (1985). Allí puso una tonada, una jota, una canción de machi y una de Rapa Nui junto a
la cueca ‘‘Azahar y marinero’’ grabada con Hernán Nano Núñez, veterano cuequero santiaguino,
en pandero. En El couplet (1986) volvió sobre la música de cupleteras, y en Siempre Margot
Loyola (1992) fueron reeditados parte de su disco con Luis Advis y un trabajo de taller con
Guillermo Ríos (arpa y guitarra), Mireya Alegría (violín y rabel) y Carlos Medel
(percusión), donde grabó la tonada ‘‘Las siete llaves’’ y la cueca ‘‘Entre tu casa y la
mía’’, de Pedro Yáñez. Y con el sello Alerce ha publicado sus más recientes trabajos de
recopilación, a partir de Simplemente... Margot Loyola (1980). Son Danzas tradicionales de
Chile (1994), junto a Osvaldo Cádiz y al conjunto Palomar, con auspicio de Fondart, y Voces
del Maule (1996).
Además de su investigación, en esta trayectoria Margot Loyola ha grabado música recogida por
María Luisa Sepúlveda, Carmen Álvarez, Petronila Orellana, Matilde Baeza, Blanca Hauser
(cuyo crédito figura en la canción popular ‘‘A cantar a una niña’’), Isabel Soro, Gabriela
Pizarro y otras recopiladoras. Hacia 1950 registró además dos obras de Francisco Flores del
Campo y dos tonadas de Clara Solovera, y de la propia Peta Orellana ha grabado la tonada
‘‘Como que me voy curando’’, las cuecas ‘‘Los nombres’’ y ‘‘Los ríos de mi tierra’’ y el
vals ‘‘El amor es un dúo’’. En su disco Siete compositores chilenos (1972) incluyó canciones
de Esther Martínez y José Goles y tres cuecas de Hernán Nano Núñez: ‘‘Barquito de papel’’,
‘‘Mi negra me retó a duelo’’ y ‘‘La farra de los instrumentos’’, tocadas con piano y
batería.
Una buena parte de su repertorio es original. ‘‘Pomaire’’ o la danza ‘‘Cachimbo’’ son de su
autoría, y varias canciones tienen música de Margot Loyola y letra de su más cercana
colaboradora, Cristina Miranda. La dupla se remonta a la época de Las Hermanas Loyola con la
tonada ‘‘Moliendo maíz’’, la canción ‘‘Dolor del indio’’, el vals ‘‘Ya no’’ o la cueca ‘‘El
pescadito’’ y siguió activa en grabaciones de Margot como la tonada ‘‘Pena junto al río
Claro’’, las cuecas ‘‘Amor veleidoso’’ y ‘‘Azahar y marinero’’ incluidas en El amor y la
cueca (1964), ‘‘La pomairina’’ y la cueca de velorio ‘‘Los leñeros’’.
Margot Loyola es desde 1972 académica de la Universidad Católica de Valparaíso, donde
imparte la cátedra de folclor y etnomúsica y donde en 1998 recibió el título de Profesor
Emérito. Ha publicado los libros Bailes de tierra (1980) y El cachimbo (1994) y los videos
Danzas tradicionales de Chile (1994), La zamacueca (1999) y Los del Estribo, cantos y danzas
populares de Chile (2001). Y no ha dejado de hacer giras. Visitó Uruguay en 1983, Argentina
en 1986 y 1988, y estaba en México, conduciendo una investigación sobre la popular danza
llamada ‘‘chilena’’ en el sur de ese país, cuando en septiembre de 1994 recibió una noticia
trascendente desde Chile: ese año le fue otorgado el Premio Nacional de Arte.
‘‘Cuando ya la primavera se avecina con sus brotes luminosos, un destello de alegría nos ha
inundado. En mi persona se ha reconocido, por primera vez, que la cultura tradicional puede
aspirar a la dignidad de un Premio Nacional de Arte’’, es el inicio del discurso que Margot
Loyola pronunció al recibir el premio en el Teatro Municipal de Santiago, el 20 de octubre
de 1994. ‘‘Finalmente, esta mañana quiero dedicar este reconocimiento a las cantoras
anónimas de mi pueblo’’, fue su dedicatoria.