EL CORRE EL ANILLO
Según la estudiosa peruana, Emilia Romero, este juego se originó en Francia, en donde es conocido como "le furet".
En Italia fue un juego de gran popularidad por los siglos XVI y XVII y desde allí pasó a España desde donde derivó a América.
En nuestro país aún se juega, aunque ya no es tan popular como lo fue hasta hace algunos años.
Los niños que lo juegan se sientan en línea o semicírculo con sus manos juntas y semiabiertas. El que ha sido elegido previamente encierra entre sus manos un anillo o una moneda. Luego va pasando las manos, con el objeto dentro, por entre las manos de los jugadores que esperan ser depositarios. Mientras simula echar la prenda en las manos de cada uno de los jugadores, va recitando:
Corre el anillo por un portillo,
pasó un chiquillo comiendo huesillos,
a todos les dio menos a mí.
Corre el anillo por un portillo.
Cayó una teja mató a una vieja,
cayó un martillo, mató a un chiquillo,
cayó un ratón
mató a un guatón,
cayó una horquilla
pinchó a una chiquilla,
cayó una tagua, aplastó a una guagua
cayó una rama de matico,
aplastó a un milico.
Variaciones del mismo juego hay muchas como:
Al corre el anillo por un portillo,
pasó un chiquillo cormiendo huesillos,
a todos les dio menos a mí;
me fui a mi casita y me puse a llorar.
llegó mi taitita y me dio un pesito y me hizo callar.
Eche prenda señorita o caballero.
Cuando termina de recitar, aquél al cual se le pregunta ¿quién tiene la prenda? Debe adivinar el nombre del que la recibió. Si acierta, pasa a ocupar el puesto de aquel que preguntó y éste debe entregar una prenda. Si no adivina, la prenda tiene que echarla él.
Cuando se ha reunido una cantidad suficiente de prendas (zapato, chaleca, aro, bufanda, reloj, etc.) se inicia la segunda parte del juego. Esta consiste en recuperar la prenda, para lo cual hay que hacer una penitencia, la que es fijada por el grupo previo acuerdo. Para notificar la sentencia, quien está dirigiendo el juego dice:
De quién es esta prenda?
Mía, responde el dueño.
¿En qué juego la perdió?
En el corre el anillo, dice el penitente.
¿La quiere recuperar?
Sí, responde el dueño.
Entonces debe cumplir penitencia.
En este punto se le comunica la penitencia al dueño de la prenda y este debe ejecutarla para poder recuperarla.
La variedad de letras que existen en Chile para recitar este juego folclórico se debe a agregados u omisiones espontáneas de quienes juegan.